Cannabis adulterado: una realidad incómoda

¿Qué hay en tu marihuana? Entre la comunidad cannábica esta pregunta normalmente gira en torno a lo beneficioso: THC, CBD y otros cannabinoides, flavonoides (Link to Viola article), terpenos ; pero muy raramente consideramos las cosas malas, tales como la contaminación en el cannnabis .

Los consumidores de cannabis a menudo viven en una burbuja envuelta por un manto protector de positividad en relación con la planta y su cultura. Tal vez sea un mecanismo de autodefensa desarrollado a raíz de años de demonización por parte de la sociedad, pero esto a veces nos ciega frente a los hechos más incómodos.

Los cambios en nuestra vida diaria, que ha traído consigo la crisis del Coronavirus, nos han llevado a reconsiderar nuestras rutinas, hábitos y comportamientos como nunca antes. Este período también ha puesto un nuevo foco en la salud personal y el estilo de vida, que podrían derivar en un cambio permanente. Muchos usuarios de cannabis se están interesando por formas de consumo más sanas y también comenzando a examinar más de cerca la salubridad de su producto. 

El problema cuando compras en la calle es que no tienes ni idea de donde proviene tu cannabis, y qué es lo que contiene exactamente. Por la naturaleza de este negocio, los camellos de la calle se preocupan principalmente por sus intereses, no por tu salud. ¡No seas iluso, esa marihuana que adquiriste en la calle no es ecológica ni ha sido cultivada orgánicamente por un cultivador con consciencia!

Contaminantes en el cannabis: bajo el microscopio.

Uno de los valores añadidos del cannabis es el hecho de que es “natural”, pero el proceso de cultivo al completo (cosechar, secar y almacenar la planta) eleva el riesgo de contaminación. Incluso bajo el paraguas del cultivo “legal” de cannabis y la venta en los dispensarios , la producción a gran escala supone un riesgo de contaminación por pesticidas y metales pesados (se conoce que el cannabis es una planta hiperacumuladora , que absorbe los metales pesados presentes en el suelo). 

¿Qué más podría haber en tu cannabis? Los insectos muertos son mucho más comunes de lo que imaginamos (¿piensas realmente que los camellos de la calle se deshacen de toda la cosecha cuando detectan una infestación de ácaros?). Los hongos es otra infección que habitualmente destaca en los análisis de marihuana callejera; particularmente Aspergillus, los cuales pueden causar problemas graves en aquellas personas con el sistema inmune afectado. 

El episodio del coronavirus nos ha enseñado los beneficios de lavarse las manos asiduamente, pero los análisis de cannabis han demostrado que es habitual la existencia de bacterias coliformes fecales tales como E. Coli y la salmonela. En el año 1981, en los Estados Unidos de América, se dio el caso de 81 personas infectadas por cannabis con salmonela. 

Cannabis contaminado: un estudio de caso.

En 2019, tras analizar 90 muestras procedentes de las calles de Madrid en busca de contaminantes en el cannabis, un estudio  de la Universidad Complutense sacó a la luz las más terribles sospechas de los amantes del hachís (dándole un nuevo significado a la frase “fumar buena mierda”). 

Las peores pruebas las aportaron las conocidas como “bellotas” o “huevos”, muy comunes en España, que normalmente vienen envueltas en papel film y poseen un intenso olor, más allá del aroma del hachís. Si los amantes del hachís ya albergaban sospechas, este estudio las confirma: el 93% de las muestras analizadas contenían la bacteria E. Coli y el 40% olía a heces. Existe una buena razón por la  cual esas bellotas tienen el tamaño de un caramelo; y lo que entra en la boca de una mula de hachís, tiene que salir por el otro lado...

¿Se puede evitar el cannabis contaminado?

El problema con el cannabis es que, a pesar de su legalización, sus raíces siguen en la escena underground y el mercado negro en muchas partes del mundo. Este es el motivo por el cual una gran parte del debate post-legalización gira en torno al tipo de regulación y la protección hacia el consumidor, que es una norma en cualquier otro sector de productos.

Hasta que no se establezcan unos estándares de seguridad universales se haga efectiva su aplicación, (lo cual, siendo realistas, requeriría la legalización universal del cultivo de cannabis; y ese momento extrañamente puede acercarse, mientras nos estamos enfrentando al shock económico derivado del confinamiento por el coronavirus), la única solución verdadera es tener el control de nuestro suministro y lo que contiene. 

Por desgracia, el cultivo doméstico todavía es ilegal en la mayor parte de los países. Y hasta que esta situación no cambie, los contaminantes en el cannabis continuarán siendo un aspecto negativo de esta planta que los consumidores deberían tener en cuenta, especialmente aquellas personas que la emplean para fines médicos.

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