Para cultivar cualquier planta de cannabis necesitas dos cosas: luz y agua. ¡Con estos dos elementos, cualquier planta cumplirá sus obligaciones en el ciclo natural de la vida y crecerá! No obstante, hay una gran diferencia entre una planta de cannabis que simplemente “crece”, y una que desarrolla su verdadero potencial. Para maximizar el rendimiento de tu cosecha, necesitas maximizar cómo utilizan la luz tus plantas de cannabis.
Uno de los mayores errores que cometen, quienes se inician en el cultivo de cannabis, es subestimar la importancia de la iluminación. Las personas que cultivan cannabis en exterior en las regiones ubicadas más al norte, donde hay menos horas de luz y el tiempo es más cambiante, te dirán las diferencias que suponen la temporada de sol y la de lluvias, para sus cosechas. A parte de otros problemas asociados al clima húmedo (tales como los hongos), la falta de una luz constante y directa tendrá un impacto en tus cogollos, limitando su tamaño, retrasando incluso su tiempo de maduración. La radiación fotosintéticamente activa, RFA o PAR (por sus siglas en inglés), nos ayuda a entender cómo utilizan la luz las plantas de cannabis. Hace referencia a las partes del espectro de luz (i. e. los colores), que impulsan la máxima producción de clorofila. El ojo humano ve el espectro de luz de una forma muy distinta a las plantas: enfocándose en la parte central del espectro, mientras que las plantas de cannabis se sirven de un rango más amplio. Si el ojo humano observa la luz del sol a través de un prisma, el espectro completo de colores se vuelve evidente: además de la luz blanca que vemos, existen otros colores que son el violeta, el azul, el verde, el amarillo, el naranja y el rojo.
Cultivar cannabis en interior con lámparas
Si bien el sol proporciona un espectro de luz completo, en la sala de cultivo dependemos de lámparas para obtener una fuente de luz artificial. Sacar el máximo partido del espectro (y estimular distintos aspectos de la planta con los distintos colores de luz), esa es la razón que han popularizado tanto las luces LED, entre la comunidad de cultivo de cannabis, en años recientes (consulta nuestro artículo Las mejores lámparas para cultivo de 2021: comparamos LED vs HPS).
Esto no significa que las lámparas HPS no proporcionen la suficiente luz, y podamos obtener rendimientos extraordinarios. Sin embargo, según como se utilicen las bombillas HPS, podría causar efectos devastadores en el cultivo y el potencial de la cosecha. Algo que se da por supuesto entre los cultivadores, es que cuanto más potente sea la bombilla, mejor; sin embargo, esto no es necesariamente el caso, ya que un factor crucial a la hora de cultivar es la eficiencia en la distribución de la luz.
Una bombilla de 1000 W de luz no es tan efectiva, como usar dos o más bombillas menos potentes (400 W por ejemplo), que pueden posicionarse para incrementar la exposición del área de cultivo. Al mismo tiempo, podremos colgar las bombillas más cerca de las plantas, ya que la emisión de calor será menor y también el riesgo de dañar las plantas.
Problemas de cultivo asociados con una iluminación inadecuada
En el cultivo de cannabis, la mayoría de las veces los problemas de un mal desarrollo y rendimiento de las plantas están relacionados con el entorno y sus condiciones, más que con las semillas. Las semillas de cannabis se crían con genéticas de calidad, y tales genéticas (en semillas de calidad procedentes de una fuente confiable) son homogéneas. Por ejemplo, si el cliente ha adquirido un pack de Nebula o Space Cookies , el potencial para cultivar plantas brutales dignas de ser publicadas en Instagram es inherente.
No obstante, estos ejemplos le deben todo al hecho de que estas plantas son cultivadas en las condiciones correctas (y, obviamente, el conocimiento y las competencias del cultivador). Como ya hemos mencionado, la mayoría de problemas tienen que ver con el entorno del cultivo de cannabis, y las condiciones en qué se cultivan las plantas. Un clásico ejemplo de un problema, que puede causar una decepción en la cosecha, está relacionado con un simple cambio de bombilla HPS (sodio), para quienes cultivan con lámparas de alta presión de sodio (HPS).
Problemas comunes causados por una iluminación pobre
Una de las principales causas de un desarrollo nada impresionante en las plantas, que se hace evidente por unas ramas delgadas, es la intensidad de la luz (debido a que las lámparas están muy lejos de las plantas). Esta es una de las ventajas de utilizar LEDs, con su rango de espectro completo y una baja emisión de calor, lo que permite posicionarlas más cerca de las plantas que las lámparas HPS. Cuanto más cerca estén las plantas de las luces, mayor será la intensidad lumínica y también su difusión, lo cual contribuye a un desarrollo acelerado de la planta.
La luz juega un rol crucial en el desarrollo de los cogollos, y los resultados de una buena iluminación saltan a la vista, en forma de grandes y densos cogollos. Por el contrario, si los cogollos crecen con la luz insuficiente, su apariencia dejará mucho que desear, y carecerán de esa densidad que aporta peso a la cosecha.
Por lo tanto, para sacar lo mejor de una sala de cultivo interior, Paradise Seeds siempre aconsejará a los cultivadores invertir en un buen sistema de iluminación y, por supuesto, en la manutención del sistema y la reposición de las bombillas de forma regular (en las bombillas HPS se pierde aproximadamente el 20% de su rendimiento en un año, lo que se verá reflejado en la producción). Por último, tómate tu tiempo en evaluar tu entorno de cultivo (ya que cada espacio de cultivo es distinto) y enfócate en maximizar la intensidad de la luz para obtener los mejores resultados.