Cuando se habla acerca de la marihuana se suele discutir sobre los niveles de THC y CBD, los perfiles de terpenos, floraciones rápidas y grandes cosechas. No obstante, la planta de cannabis posee mucho más potencial que los populares usos recreativo y medicinal, y se sugiere que existen unos 25.000 usos del cáñamo, repartidos en una amplia gama de productos.
¡Si te importa el planeta querrás integrar tantos usos de estos 25.000 en tu día a día como te sea posible! Esto puede sonar una declaración atrevida, pero existe mucha evidencia que sugiere que el cáñamo es una solución ecológica que está ahí, y puede ayudar a hacer frente a algunos de los grandes desafíos del cambio climático causados por la cultura del consumo.
25.000 usos del cáñamo: ¡una pequeña lista!
Muy bien, vamos a poner esta afirmación en perspectiva ilustrándola con una típica rutina matinal: ¡podrías salir de tu casa hecha de hempcrete (hormigón de cáñamo), y conducir hasta el trabajo con un coche hecho de paneles de cáñamo, mientras te comes una cookie de semillas de cáñamo, envuelta en papel de cáñamo, para desayunar! Y, por supuesto, estarías vestido de pies a la cabeza con ropa hecha de fibras de cáñamo, como las increíbles zapatillas de cáñamo impermeables de nuestros buenos amigos 8000kicks.
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Parece fácil, ¿verdad? Sí, lo es, pero el mayor problema con esta planta milagrosa es que, con algunas excepciones, la mayor parte del mundo ha olvidado cómo cultivarla, procesarla y hacer productos con ella, en la escala necesaria para influir en el mercado de consumo e impulsar grandes cambios.
¿Por qué no estamos cultivando más cáñamo?
Aunque hay muchos pioneros innovadores que hacen todo lo posible por promover esta planta tan beneficiosa, carecen de la infraestructura necesaria para sacar provecho de la economía de escala. ¿Por qué? Porque la infraestructura de producción en todo el mundo está orientada a productos hechos con combustibles fósiles. El hombre del saco más obvio en este sentido es el plástico, y los estudios sugieren que los residuos de plástico a nivel mundial se han duplicado desde el año 2000.
El otro problema lo plantea el proceso agrícola del cultivo del cáñamo. Hace tiempo, el cáñamo era un cultivo tradicional en todo el mundo, y muy valorado por sus productos. Aunque en el siglo XXI no parezca gran cosa, la cuerda era un producto hecho de cáñamo muy deseado. Se ha dicho que Gran Bretaña construyó su imperio mundial gracias a esta planta, ya que utilizó el cáñamo para fabricar las cuerdas y las velas de su armada.
Sin embargo, la era de la prohibición del cannabis, que comenzó con la Ley de Impuestos a la Marihuana de 1937, acabó con el cáñamo industrial, y el desarrollo de nuevos materiales sintéticos aceleró este rápido distanciamiento de las fibras naturales y sostenibles. Ahora se calcula que un asombroso 10% de las emisiones mundiales son el resultado de la industria de la moda.
De este modo, la prohibición del siglo XX supuso el abandono de los campos de cáñamo y la siembra de otros cultivos en su lugar, por lo que recuperarlos está siendo todo un reto. El cultivo del cáñamo se ha convertido en una "incógnita" para los agricultores, que a menudo son reacios a apostar por ello, y el proceso de cosecha y procesamiento requiere una importante inversión en maquinaria especializada. Sin una gran inversión en el sector del cáñamo por parte de los gobiernos, es muy difícil establecer un mercado de consumo viable para los productos del cáñamo.
Durante un breve periodo de tiempo, en la década de 2010, parecía que el sueño de los 25.000 usos del cáñamo podría haberse convertido en una realidad para los consumidores, ya que la legislación en los EE.UU. abrió una puerta para el cultivo del cáñamo, pero la fiebre verde del cáñamo industrial no se materializó. El sueño alcanzó su punto álgido en 2019 antes de que el mercado del cáñamo se desplomara, cuando los agricultores, atraídos por su potencial, se tropezaron con la realidad de un procesamiento que requería mucha mano de obra, y la falta de demanda provocó una drástica caída de los precios que dejó a muchos agricultores de cáñamo a gran escala fuera del negocio.
Con lo cual, por el momento, el cáñamo sigue siendo un cultivo de nicho para muchos agricultores de EE.UU. y Europa, y todo agricultor de cáñamo tiene una historia que contar sobre lo difícil que es hacer que el cáñamo sea un cultivo rentable. Sin embargo, su potencial sigue ahí y la crisis climática no va a desaparecer. Seguramente no pasará mucho tiempo antes de que los responsables de las políticas gubernamentales comiencen a buscar una planta milagrosa que nos ayude a solventar los problemas y, cuando eso ocurra, ¡tendremos una mejor visión de lo que suponen los 25.000 usos del cáñamo!