Marihuana falsa vs marihuana real. ¡Todo lo que necesitas saber!

¿Cuándo el cannabis no es cannabis? Puede parecer una cuestión engañosa, pero el tema de los cannabinoides sintéticos está recibiendo cada vez más atención. Si creemos en lo que dicen los estudios, la línea entre un producto como el Spice (que también recibe muchos otros nombres, como K2 y Blaze) y el cannabis, está cada vez más borrosa; y la principal fuente de adulteración proviene de la venta en la calle.

Hemos escrito sobre los peligros de la marihuana adulterada con anterioridad, pero esto es otro nivel. A principios de este año, en una investigación especial, el equipo de Vice se adentró en el mundo de un dealer alemán, que afirmaba que la mayor parte de la yerba que se vendía con el nombre Haze, había sido tratada con cannabinoides sintéticos (refiriéndose al JWH y el AB-CHIMINACA). 

El JWH es una de las muchas estructuras del grupo de los cannabinoides sintéticos, que se asocia con sustancias para fumar, tales como el Spice. Totalmente camuflado, el dealer conocido como “Banks” dice a la audiencia: “Sois todos adictos a los químicos sin saberlo.” Y prosigue, afirmando que esta yerba adulterada genera adicción física, cosa que el cannabis real no hace.

Historias en UK también cuentan que los dealers de la calle a veces “espolvorean” la yerba con Spice, con tal de incrementar su potencia y lucrarse a costa de cannabis de baja calidad. Informes recientes también han señalado la existencia de aceites de cannabis falso para vapear, con el cannabinoide sintético “juice”, que han causado desmayos.

Breve historia de los cannabinoides sintéticos

Los cannabinoides sintéticos han existido desde principios de los 2000, y hubo un tiempo en que los productos de “cannabis alternativo”, como el Spice, se vendían abiertamente, debido a la falta de regulación. Se han reportado laboratorios en Asia, principalmente China y Rusia, como la principal fuente de producción de cannabinoides sintéticos. 

Básicamente, estos productos consisten en una combinación química que emula el THC, en la forma en que se une a los receptores cannabinoides del cuerpo, y que genera efectos secundarios muy desagradables. Cuando los productos aparecieron en el mercado por primera vez y se expandieron, a mediados de los 2000, se hicieron populares gracias a su bajo precio; y por ser vendidos como una alternativa al cannabis, a menudo como un producto “más sano que el cannabis” (a la vez que se lee “No apto para consumo humano” en la etiqueta).

Sin embargo, no pasó mucho tiempo hasta que el lado más oscuro de estas “alternativas al cannabis” se hizo patente. La volatilidad de los cannabinoides sintéticos puede producir profundas consecuencias: desde catatonia a agresividad y violencia; se ha ganado la reputación de droga zombie

Un problema serio en las prisiones de UK, ya que no huele y es fácil de entrar (por ejemplo, en cartas empapadas con esta sustancia), donde se han convertido en una alternativa al cannabis lucrativa. Los cannabinoides sintéticos, tales como el Spice, han sido culpados de incrementar los ataques a los funcionarios de las prisiones.

¿Cómo se fabrican los cannabinoides sintéticos?

Muchos gobiernos de alrededor del mundo han legislado para prohibir la venta de cannabinoides sintéticos, pero a menudo la ley va muy por detrás del producto, ya que simples cambios en la fórmula realizados en el laboratorio pueden eludir la lista de lo que es ilegal en la actualidad. Inevitablemente, también existe un importante mercado negro.

La vida de los cannabinoides sintéticos empieza en un laboratorio underground, donde se sintetizan los productos y se transforman en polvo para su envío. Más tarde, estos polvos se disuelven en acetona o alcohol, para convertirlos en líquido, el cual se pulveriza en materia vegetal/ hojas (para añadir valor al nombre de “alternativa al cannabis”), y después se empaqueta y se vende.

¿Cómo sé si mi yerba está adulterada?

Debido a que los cannabinoides sintéticos no poseen un olor o sabor distintivo, desafortunadamente no lo sabrás hasta que notes los efectos. La respuesta rápida y fácil es que debes intentar evitar comprar cannabis en la calle e, idealmente, encontrar un proveedor que conozca su procedencia (i.e. para conocer la fuente). Por desgracia, debido a la ilegalidad del cannabis en muchos países, esta es una conversación que no se escucha en los debates sobre salud pública, que es donde debería estar.

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