En los años ’90, los científicos desvelaron una nueva perspectiva que desafiaba las visiones tradicionales sobre la planta del cannabis, lo que dio lugar a nuevas investigaciones y la búsqueda de una mayor comprensión de sus potenciales cualidades médicas. Este artículo analiza por qué el sistema endocannabinoide es importante para el funcionamiento de nuestros cuerpos y traza la historia de su descubrimiento.
Antes de ver cómo fue descubierto el sistema endocannabinoide, vamos a analizar qué es exactamente. Si bien mucha gente, especialmente en la comunidad cannábica, conoce el sistema endocannabinoide (denominado también SEC), dar una explicación simple de qué es y qué hace puede ser difícil. Esto es en parte porque la ciencia todavía está intentando buscar respuestas y realizando estudios sobre el tema.
Existen muchos artículos científicos que analizan en profundidad el sistema endocannabinoide, y que tratan temas como la fisiología y la farmacología, así que el propósito de este artículo es explicar el SEC de forma simple. Hay que tener en cuenta que esta es todavía una gran área de investigación científica, con muchas preguntas sin responder.
¿Qué es el sistema endocannabinoide? Una explicación sencilla
La razón por la cual tantas preguntas siguen sin responder es la complejidad del sistema endocannabinoide. El SEC, que se ha detectado en el organismo de todos los mamíferos, es una sofisticada red de:
Endocannabinoides: estas moléculas, producidas por el cuerpo humano, son similares a los cannabinoides que fabrica la planta del cannabis. Su función es mantener el equilibrio en el organismo, y se generan cómo y cuando el cuerpo las necesita.
Receptores: divididos entre los receptores CB1 (ubicados predominantemente en el sistema nervioso central) y los receptores CB2 (ubicados predominantemente en el sistema nervioso periférico), las moléculas endocannabinoides se enlazan a éstos para hacer su trabajo. Cuando se tiene dolor de espalda, por ejemplo, los endocannabinoides se unen a los receptores CB1 para producir la respuesta al dolor propia del cuerpo y hacer lo posible por aliviar los síntomas.
Enzimas: una vez que los endocannabinoides han hecho su trabajo, las enzimas intervendrán para descomponerlos, dando así por terminado su contrato: “¡tu tarea aquí ha terminado, ya no te necesitamos!”
¿Qué hace el sistema endocannabinoide?
Si hacemos una analogía básica, si piensas en el cuerpo como en el hardware de un ordenador (i.e. la máquina operante), el SEC sería el software del sistema, que le permite desempeñar sus funciones de forma efectiva. En el caso del cuerpo humano, se descubrió que el sistema endocannabinoide regulaba muchos de los procesos diarios que afectan a su funcionamiento. Las primeras investigaciones encontraron que el SEC gobierna funciones como nuestro estado de ánimo, el apetito, los patrones del sueño y la memoria, así como la reproducción.
Si el ordenador funciona adecuadamente, todos sus procesos se ejecutan sin problemas. Sin embargo, como cualquiera que haya tenido un problema informático sabrá, si hay un problema con uno o más de los procesos operativos, la máquina deja de funcionar eficazmente. En lugar de llamar al taller de reparaciones o recurrir a YouTube, el cuerpo de los mamíferos acude a los endocannabinoides para intentar solucionar el problema.
¿Cómo fue descubierto el sistema endocannabinoide?
El camino hacia el descubrimiento del sistema endocannabinoide comenzó con un par de hitos significativos. Los compuestos del cannabis se aislaron por primera vez en la década de 1940 (CBD), pero su importancia no se tuvo realmente en cuenta hasta la publicación de “Isolation, structure and partial synthesis of an active constituent of hashish” (Aislamiento, estructura y síntesis parcial de un componente activo del hachís) en el Journal of the American Chemical Society, escrito por el profesor Raphael Mechoulam y el doctor Yechiel Gaoni en 1964. Su trabajo en la Universidad Hebrea de Jerusalén identificó por primera vez la estructura del THC.
El potencial del sistema endocannabinoide se descubrió accidentalmente a través de una investigación para identificar los efectos perjudiciales del cannabis que, irónicamente, comenzó con el financiamiento del gobierno estadounidense. Basándose en el trabajo de 1988 del equipo de St. Louis, que identificó los receptores que respondían a los compuestos del cannabis, un equipo del Instituto Nacional de Salud Mental de EE.UU. mapeó y clonó la secuencia de ADN, codificando un receptor cannabinoide que se encuentra en el cerebro. La revista NewScientist lo calificó de “the switch that turns the brain on to cannabis”, "el interruptor que hace que el cerebro reaccione al cannabis".
El estudio de los endocannabinoides dio un nuevo salto en 1992, cuando un equipo de la Universidad Hebrea de Jerusalén dirigido por el Dr. Lumir Hanus y el Dr. William Devane descubrió el elemento endocannabinoide del SEC. Este descubrimiento sentó las bases de la investigación que acuñó el concepto de un sistema, denominado sistema endocannabinoide, responsable de regular numerosas funciones del organismo.
¿Cómo fue descubierta la interacción del sistema endocannabinoide con el cannabis?
El vínculo entre el cannabis y el SEC fue descubierto por primera vez en 1988 por un equipo de científicos en la Facultad de Medicina de la Universidad de San Luis (St. Louis University School of Medicine), que observó la existencia de receptores en cerebros de mamíferos, los cuales respondían a los componentes del cannabis. Los estudios posteriores han descubierto que los compuestos de la planta del cannabis poseen la misma habilidad para unirse a los receptores de los cuerpos de los mamíferos que los endocannabinoides internos.
Por lo tanto, el THC se une a los receptores CB1 y CB2, incitando al SEC a responder, produciendo una gama de respuestas que van desde la euforia, hasta el alivio del dolor y la ansiedad. El hecho de que alguna gente pueda fumar marihuana y le siente bien, y otra puede experimentar efectos negativos al consumir THC, sugiere que la respuesta puede estar vinculada a la configuración singular del SEC de cada persona.
En contraste, los estudios han concluido que el CBD no se une a los receptores CB1 y CB2. Las investigaciones todavía no han determinado exactamente el por qué, si bien las teorías sugieren que puede impedir que las enzimas del SEC se descompongan con la misma eficiencia (por lo que permanecen en el cuerpo por más tiempo, brindando un alivio del dolor más duradero), o incluso que se unen a algún otro lugar.
¿Es necesario consumir cannabis para poseer un sistema endocannabinoide?
¡La respuesta es no! debido al parecido del nombre, a veces se da una confusión sobre la relevancia del sistema endocannabinoide para la gente que no consume cannabis, pero todas las personas lo tenemos.
Los componentes esenciales mencionados en este artículo sentaron las bases para seguir explorando el SEC y cómo el cannabis y sus compuestos, como son los cannabinoides THC y CBD, interactúan con él. La investigación continúa y con ella se espera que, al desvelar los secretos de la compleja red de endocannabinoides, receptores y enzimas, en el futuro el cannabis pueda desempeñar un papel clave en la producción de medicamentos para tratar las áreas del cuerpo reguladas por el SEC.