Los beneficios de cultivar cannabis en interior son de sobra conocidos, y tener la habilidad de controlar las condiciones ambientales de una planta en cada fase de su ciclo de vida, supone grandes ventajas. No obstante, todo cultivador de exterior te dirá que los cogollos cultivados en condiciones naturales poseen un valor añadido… ¡El ingrediente mágico que es la luz de sol! Sin embargo, es necesario estar alerta durante todo el viaje, desde la semilla hasta la cosecha, para superar los habituales problemas en el cultivo exterior de cannabis.
Todo cultivador de exterior se ha encontrado con esta situación: las semillas de cannabis se han abierto, las plántulas han brotado y las hemos sacado afuera en mayo (u octubre en el hemisferio sur) y, durante un par de meses, han mostrado una salud y vitalidad estupendas. Una mañana, mientras revisas tus plantas, encuentras algún defecto: tal vez las hojas muestran signos de decoloración, las puntas están caídas o han aparecido unas manchas…
¡Este es el momento en el cual el cultivador de cannabis de exterior se convierte en detective! Sin esas condiciones controladas hay que ponerse el gorro de Sherlock (¡y, por supuesto, encender la pipa!) para resolver las claves. Raramente, la diagnosis no es un proceso fácil, por el camino a menudo debemos eliminar otros problemas para encontrar una solución, pero aquí os dejamos algunos factores que pueden causar problemas habituales en tu jardín.
Problemas en el cultivo exterior de cannabis: el ambiente
Cada jardín y espacio de cultivo exterior es distinto: del norte hasta el sur, desde climas soleados a climas lluviosos, con distintos sustratos y vegetación alrededor; y las distintas plagas y enfermedades, las cuales han elegido tu jardín en lugar de otro. Para saber cuál es el problema es esencial ser consciente del ambiente.
Calor, vientos y lluvias
La previsión meteorológica es de lectura obligada para todo cultivador de cannabis de exterior, ya que puede jugar un rol significativo en cuanto a los problemas que puedan enfrentar nuestras plantas de cannabis. En las regiones del sur, el calor extremo impide el crecimiento sano de las plantas causando estrés, que podremos identificar por el rizado en las puntas de las hojas. Si bien la falta de hidratación es algo obvio, a veces el problema puede estar más cerca de casa, en el medio de cultivo. Pequeños errores, cómo emplear macetas negras que absorben el calor, o tener tu planta sobre una superficie absorbente (como puede ser el cemento o las baldosas), son también causas frecuentes de estrés por calor.
En las regiones septentrionales, donde las condiciones climáticas pueden fluctuar dramáticamente durante el verano, las quemaduras por viento pueden ser un problema. Estas se manifiestan en forma de pequeñas manchas de color marrón en el centro de las hojas, mientras que la base de las hojas se tiñe ligeramente de amarillo. Este fenómeno a menudo se pasa por alto, ya que las manchas pueden ser confundidas fácilmente por una quemadura causada por exceso de nutrientes (que afecta las puntas de las hojas). El exceso de lluvia también puede ser un problema, ya que hongos y bacterias encontrarán las condiciones ideales para propagar la enfermedad; la cual producirá un retraso en el crecimiento, hojas decaídas y manchas marrones. Este suele ser el resultado del pudrimiento de las raíces, como consecuencia de la saturación de las plantas.
Problemas en el cultivo exterior de cannabis: plagas
¡En junio y julio, tu jardín se convierte en algo parecido a La Purga! En qué parte del mundo cultives tus plantas, determinará las plagas que seguramente te darán más problemas, si bien algunas de ellas son universales.
Una plaga muy común es la araña roja, que se dará un festín con las reservas de clorofila de tu planta, dejando pequeños puntos blancos en las hojas. Otros sospechosos son los pulgones (que pueden ser de distintos colores: gris, negros, verdes o incluso rosados), y las moscas del mantillo o mosca negra del sustrato, que se aferrarán a tu planta y succionarán sus jugos. En el momento en que el daño se haga patente (hojas marchitadas o amarillas), la infestación ya será una realidad.
La mejor prevención para cualquier plaga es la vigilancia. Toma el hábito de chequear tus plantas diariamente, sin olvidar el reverso. Si observas puntitos diminutos en la superficie podrían ser plagas o, tal vez, solamente algo de suciedad. Coloca una hoja en blanco debajo de la hoja, da unos suaves golpes en la hoja e investiga detenidamente lo que cae. Echa un vistazo al archivo de noticias de Paradise Seeds para conocer acerca de otras plagas comunes en el cultivo de cannabis y tratamientos para combatir las plagas del cannabis.
Antes de dejar atrás a las plagas, hay una más, el nombre de la cuál seguro infunde terror en el corazón de cualquier cultivador de cannabis: ¡el Phorodon Cannabis! Aunque el Cannabis Aphid es relativamente poco común, ¡es un insecto que se pirra por el cannabis y lo devora sin compasión!
¡Trabajar con la Madre Naturaleza!
Mucha gente piensa que es fácil cultivar cannabis en exterior (“ al fin y al cabo, es yerba, ¿no? ¡crecerá en cualquier parte!”), pero la realidad es mucho más compleja. Cultivar “al natural” trae sus recompensas, pero, como ocurre con todas las experiencias de cultivo, es vital respetar las fuerzas de la Madre Naturaleza.
Es muy extraño que las plantas de exterior lleguen a la cosecha sin signo alguno de deterioro. ¡Una cosa importante a recordar es no entrar en pánico a los primeros signos de daño, ni tomar acciones precipitadas! Ser metodológico en el diagnóstico: ¿qué has hecho (o qué ha sucedido en el ambiente), en los últimos días, para que se den cambios en tus plantas? Si bien las plantas de cannabis son increíblemente resilientes, resolver las claves marcará la diferencia entre una planta que sobrevive y una planta que prospera. ¡Buena suerte Sherlock! Y no olvides tu pipa…