Cannabis Legalization Canada

¿Qué podemos aprender del movimiento pro-legalización de Canadá?

El gobierno de Canadá ha anunciado una nueva legislación para legalizar la yerba en 2018. Qué significará esto y qué lecciones podemos aprender los activistas cannábicos para cambiar la mentalidad política con respecto al cannabis…

¡Vamos a empezar esta entrada con una invitación a cantar! ¿Por qué? Porque debemos congratular a la nación de Canadá, que ilumina el camino para todos aquellos que buscamos llegar a la esperanza, la verdad y la libertad de nuestra querida planta de cannabis. Así que únete a nosotros, abre la ventana, y canta bien alto el himno: “O-Canada! Nuestro hogar y nuestra patria...”

Muy bien, ahora cierra la ventana, ignora los gritos de tu vecino, dile a tu perro que deje de aullar y ¡sigue leyendo!

En abril, el gobierno de Canadá dio el valiente paso de presentar la nueva legislación que resultará (si, como se espera, es aprobada por el parlamento) en la legalización de la marihuana, disponible para su venta en 2018. Esto supone un hito, porque Canadá se convertiría en el segundo país del mundo en legalizar la yerba (el primero fue Uruguay), y el primero de los países del G7.

¿Qué conllevará la legalización?

Mientras que aún no se han decidido los detalles, estas son los presupuestos acerca de la legalización en 2018:

  • Para comprar cannabis legalmente tendrás que tener más de 18 años (aunque algunas provincias fijarán un límite de edad más elevado).
  • Cada unidad doméstica podrá cultivar legalmente 4 plantas.
  • Los minoristas con licencia podrán suministrar cannabis para consumo público.
  • Será legal la posesión de hasta 30 gramos.
  • Los precios de la marihuana los fijará el gobierno, de acuerdo con las provincias.

Sin embargo, todavía existe un alto grado de incertidumbre alrededor de este cambio hacia la legalización. El gobierno querrá limitar el suministro de yerba y hachís a los proveedores con licencia, y los cultivadores del mercado negro serán perseguidos por las autoridades. Tal regulación no será muy popular para muchos dentro de la comunidad cannábica que la ven como una excusa para hacer negocio.

¿Qué podemos aprender de la legalización en Canadá?

Con todo, ¡la legalización luce mucho más apetecible que la criminalización! Gobiernos de todo el mundo estarán observando de cerca, y también los activistas canábicos podemos aprender valiosas lecciones.

Justin Trudeau, el presidente canadiense, ha hablado de eliminar el mercado negro y también de “proteger a nuestros niños”. Esta es una meta importante de su política por la legalización, y ha sido influenciada en gran parte por la presión que ha ejercido la canadiense NORML Women’s Alliance, fundada en 2012, cuando el partido liberal de Trudeau estaba en la oposición.

Las miembros de Alliance también presionaron a las mujeres en el Parlamento y mantuvieron su mensaje simple: “Si os preocupan las criaturas, entonces teneís que regular,” dijo la presidente, Sandra Colasanti, a la revista Weed World el pasado año. “Nosotras veníamos afirmando que la regulación eliminaría el elemento criminal y el mercado negro… Era un mensaje con mucho sentido común y, poco a poco, este mensaje ha ido calando.”

La presión constante, con este mensaje tan simple, lentamente empezó a dar sus frutos convirtiéndose en una opinión política y pública; y atrayendo, en 2014, el interés de las redes sociales y de los medios tradicionales. Cuando los liberales ganaron, para la sorpresa de todos, las elecciones en 2015 (del tercer puesto al poder en un salto de 32 a 184 escaños), su manifesto incluía la legalización del cannabis y el resto, ya es historia.

La lección que podemos aprender de todo esto es que la gente hizo posible el cambio. El activismo es una maratón, no un sprint, y los cambios raramente ocurren de la noche a la mañana. Si quieres hacer algo con respecto a las leyes del cannabis en tu país, el sitio donde quieren que estés los prohibicionistas es en el sofá, fumando un bong y mirando mierda en la tele o en internet. ¡Levántate, actívate y siembra el cambio!

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