Este mes marca el 60º aniversario de un evento que ha afectado (directamente o indirectamente) a cada una de las personas usuarias de cannabis durante años, desde 1961. Fue el 31 de marzo de ese año, cuando los estados miembros de las Naciones Unidas firmaron la Convención Única de Estupefacientes de la ONU, un tratado internacional que ha limitado la actitud de los gobiernos frente al cannabis desde su entrada en vigor.
No obstante, mientras se acerca el 60 aniversario, hechos recientes dan a pensar que, si bien la era de la Convención Única no parece acabar todavía; un cambio global está teniendo lugar y el cannabis ya no se percibe como un demonio, como pasaba 60 años atrás.
En diciembre de 2020, la Comisión de Estupefacientes de la ONU (más conocida por sus iniciales en inglés, CND) votó para suprimir el cannabis de la Lista IV de la Convención Única de Estupefacientes de la ONU de 1961, reconociendo el potencial médico del cannabis por vez primera. Esta decisión ha sido el resultado de la votación de delegados de 53 estados miembros (los cuales componen la CND) y representa un momento histórico en la causa por el reconocimiento de los beneficios terapéuticos de la planta del cannabis.
¿Por qué es importante la Convención Única de Estupefacientes de la ONU?
Los que conocen la Guerra contra las Drogas sabrán, que la Convención Única de Estupefacientes de la ONU es una de las piedras fundadoras de las políticas de drogas, de muchos gobiernos nacionales. Esto es porque los tratados internacionales, firmados por la ONU, están limitando la acción de todos los miembros y de cada país, ya que romper esos tratados podría ser motivo de sanciones. A resultas de esto, muchos países integran los tratados internacionales a sus leyes nacionales, de manera automática. Esto ha resultado en restricciones sistémicas, que han dificultado a los gobiernos llevar a cabo reformas en materia de cannabis recreativo y medicinal.
Paradójicamente, son los cambios que están teniendo lugar en los EEUU, uno de los principales impulsores de la convención original, los que han ayudado a pintar un paisaje tan dramático en años recientes. Las consecuencias de las elecciones de 2020 son: 15 estados (más Washington D.C.) han votado sí al cannabis recreativo, y 34 estados permiten el consumo de cannabis médico.
¿Cuán significativa es la votación de la ONU?
Mientras que los titulares ven esta decisión como un hito, la realidad es un poco más compleja. La CND votó a favor de las recomendaciones presentadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y la eliminación del cannabis de la lista IV (sustancias con “muy poco o ninguna utilidad terapéutica”), fue solamente una de las seis recomendaciones que la OMS hizo a la CND. Estas incluían también la eliminación del THC de la convención de 1971, y la supresión de “extractos y tinturas” que contengan cannabis, además de una explicación interna de la situación legal en cuanto a la preparación del CBD y un porcentaje de THC permitido aceptable.
Los miembros de la CND no solo rechazaron las otras cinco recomendaciones de la OMS, sino que la supresión del cannabis de la lista IV se ganó con muy poco margen: 27 a favor, 25 en contra y 1 abstención. Cabe destacar que, algunos de los más poderosos del mundo, incluyendo China, Rusia y Brasil, estaban entre los países que votaron en contra.
¿En qué afectará la votación de la ONU a los consumidores de cannabis?
La realidad es que muy pocas cosas cambiarán a nivel práctico para los usuarios de cannabis, a corto plazo; y en los países que votaron “no”, el único reconocimiento real al cannabis médico es en el terreno de la investigación científica. Por otro lado, en estados que han votado a favor, la decisión no dará necesariamente luz verde para más reformas en el campo del cannabis medicinal.
A través del Programa Medicinalde Paradise Seeds, hemos hablado con muchos pacientes que están en la posición de tener que cultivar su propio cannabis medicinal, debido a un suministro inadecuado por parte de proveedores oficiales. De nuestras conversaciones, concluimos que es obvio que existe el mismo problema en muchos de los 50 países aprox. que (sobre el papel) tienen en marcha un programa de cannabis medicinal, por los problemas burocráticos y de la cadena de suministro.
En conclusión, esta decisión abre una puerta a la investigación científica y médica, entorno a los beneficios para la salud del cannabis medicinal (un hecho que bancos de semillas como Paradise han sabido, durante años, de manera práctica). No obstante, la postura de la comunidad internacional en relación a la legalidad del cannabis parece que no va a cambiar todavía. Sin embargo, los usuarios y usuarias de cannabis esperamos que esta decisión provoque un efecto “bola de nieve”, y termine en reformas legales entorno al cannabis medicinal, en todo el mundo.